5 consejos para sentirte más cómoda con tu cuerpo después del parto

por | Jun 29, 2020

Sabemos que la llegada de un bebé puede venir acompañada de diversidad de emociones y cambios físicos que son totalmente normales y que experimentan la mayoría de las mujeres en ese momento de dar vida a un/a hermoso/a bebé. No hay duda que tener un bebé cambia tu vida y tu cuerpo. Durante 9 meses tu organismo ha estado experimentando cambios para que crezca un nuevo ser humano dentro de ti. ¡Una experiencia realmente intensa! Además, una vez que el bebé nace, generalmente una se siente extraña en su propio cuerpo y es comprensible que te encuentres en un proceso de ajuste para manejar esos cambios que tu cuerpo ha tenido. Sin embargo, ten en cuenta que hoy es un nuevo día para ir comenzando a trabajar, darte salud y recuperar ese cuidado físico que tanto anhelas.

Siendo realistas, los cuerpos postparto tienen una figura curvilínea más suave y abrazable, perfecta para ser el nicho de un recién nacido. Es posible, además, que tu cuerpo tenga marcas que no tenía antes. Aunque tal vez, estos cambios físicos generan distintas emociones, cada marca es símbolo de vida y todo gracias a ti.  Es que existe la idea errónea de que una vez dado a luz ya podrás usar de nuevo tus vaqueros pre-embarazo. Y es que en general hay una gran presión para que las mujeres que están en postparto recuperen la figura que tenían previa al embarazo, lo antes posible. Esta presión proviene de muchas fuentes, incluidos los medios de comunicación, la familia y la esfera social. Pero, ten presente que darte ese tiempo de recuperación y trabajar a tu ritmo, es los más saludable que puedes hacer para ti ante estos nuevos desafíos y retos como nueva mamá. 

Lo más importante es que seas justa con tu cuerpo, amar el mismo más aún con la dicha de dar vida, disfrutar al hacer cosas que te gustan y apreciar y amar esta nueva figura que tanta belleza ha creado.

Aquí hay algunos consejos para que logres sentirte cómoda y orgullosa de tu cuerpo, después del parto:

1. Tu cuerpo se está ajustando a nuevas reglas

Tu cuerpo cambia constantemente a lo largo de tu vida y el embarazo es una buena razón para ello. Los cambios hormonales, los cambios constantes en el tamaño de tus senos, una caderas más anchas y el «cerebro de mamá» son sólo algunos ejemplos. No se trata de recuperar tu figura, se trata de descubrir cómo llevar tu día a día en este NUEVO cuerpo que tienes. Es el mismo cuerpo que hizo crecer a un pequeño ser humano.

2. Cambia las expectativas

Concéntrate en lo que puedes hacer con tu cuerpo, en lugar de sólo pensar en cómo se ve. Pasaste casi un año creando algo maravilloso. ¡No fue la cigüeña quien dejó a este bebé en tu puerta! Tanto si estás amamantando como si no, eres tú la persona que provee bienestar y alimentación al bebé, por lo tanto, sé amable contigo misma. Empieza mimándote, cuidando de ti misma, porque eso es realmente importante. 

3. Concéntrate en cómo te sientes

Cuando dejes de solo mirarte en el espejo y empieces a prestar atención a cómo te sientes, comenzarás a sentirte agradecida por tu cuerpo y tomarás mejores decisiones en términos de salud y bienestar. Olvídate de dietas, no pases hambre, y aliméntate con aquellos alimentos que realmente te hacen sentir bien. Llevar un alimentación equilibrada y saludable te ayudará a sentirte bien por dentro y por fuera. Y mueve tu cuerpo para aumentar las endorfinas, fortalecer tus músculos y mejorar tu salud mental.

4. Saca de tu mente el diálogo negativo

Libera los pensamientos negativos que tienes sobre ti y comienza a reconocer tus esfuerzos y logros. Mírate en el espejo todas las mañanas y reconoce en voz alta algo que te guste de ti misma. Al principio, puede ser difícil creer lo que dices en voz alta, pero entrenando tu cerebro, día a día, para que sea más positivo hará que pronto empieces realmente a creer lo que dices. También puede ayudarte comenzar un diario de gratitud y escribir cada día algo por lo que estés agradecida.

5. Concéntrate en ti misma

Pregúntate qué es lo que realmente necesita tu cuerpo y busca dárselo. Desconéctate de todas las presiones de la sociedad. Cuídate y descansa lo suficiente, come bien y haz ejercicio en moderación. Trata de no precipitarte en el ritmo de las cosas, recuerda que has pasado por mucho y está bien ir un poco más lento durante un tiempo. Se amable contigo misma ya que lo mereces. 

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