Existe la creencia de que llevar una alimentación saludable es costoso. Cuando hablamos de «alimentos saludables» solemos pensar en: suplementos y productos orgánicos, jugos caros y barras/polvos de proteínas. Pero, ¿adivina qué? No necesitas todos estos alimentos de moda para comer sano. Si bien es cierto que pueden ser «extras» que acompañen tu plan de alimentación saludable, la verdad es que puedes encontrar la manera de conseguir todas tus metas de una forma totalmente asequible. Así que, aquí vamos… ¡Toma nota!
1. Comienza con lo que tienes a mano
¿Cuál es la clave # 1 para ahorrar dinero en alimentos? ¡Comienza por tu despensa y refrigerador! ¿Qué verduras tienes? Tal vez, podrías hacer una sopa, un salteado u horneado de verduras con ellos. ¿Qué pasa con esas frutas que están a punto de deteriorarse? ¡Sé creativo y crea un batido o licuado que nunca antes hayas probado! Esta regla va más allá de sólo los alimentos perecederos. ¿Por qué no revisas tus alimentos secos y ves lo que no has consumido últimamente? ¡Busca recetas con estos ingredientes! Evita desperdiciar alimentos y crea un alimentación variada, saludable y a la vez de bajo costo. Aquí puedes encontrar algunos consejos adicionales para empezar a reforzar tu alimentación hoy.
2. Crea una lista de comidas y meriendas
Revisa tu refrigerador y haz una lista. ¿Cuántas comidas y refrigerios deseas preparar para la semana? Ten en cuenta la frecuencia con la que normalmente comes fuera para que no compres en exceso. Suena cliché, pero es mejor saber exactamente lo que necesitas y hacer un listado, antes de llegar al supermercado. ¡Cuanta más organización, menos dinero gastado! ¡Haz tu lista y apégate a ella!
3. No sientas presión por *solamente* comprar productos orgánicos
Los productos orgánicos son excelentes cuando puedes pagarlos, pero que sean orgánicos o sin pesticidas no siempre significa que sean más saludables. Cuando se trata de frutas y verduras, algunos de ellos (por ejemplo, aquellos que tienen cáscara gruesa) tienen una menor probabilidad de contaminación. Consulta esta lista para ver qué frutas y verduras son preferibles adquirir del tipo orgánico, pero para las demás, ¡ahorra!
4. No tengas miedo de modificar/ajustar una receta
¡Un último ahorro de dinero es la modificación! Por ejemplo, si tienes una receta de pollo teriyaki pero no tienes pollo, mira qué proteínas tienes disponibles. Tal vez, ¡puedes hacer la misma receta con tofu como proteína! ¿Tienes orégano seco, pero no orégano fresco? Usa una porción más pequeña de la versión seca en su lugar. Hay un dicho que dice que “cocinar es un arte y hornear es una ciencia”. Eso significa que cuando cocinas, hay más flexibilidad. ¡Puedes ser tan creativo/a como quieras! Aunque con hornear existen algunas normas básicas, ¡pero eso es para otra lección!
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